Los ríos leoneses se encuentran irregulares y altos de caudal, las aguas no bajan del todo claras para la pesca otra semana más. Los beneficios que las lluvias están proporcionando para el verdor de nuestros campos, dificultan la diversión de los pescadores.

Los agricultores ya empiezan a quejarse que llueve mucho, que se encharcan los trigos o que el agua por arriba es mala para los tomates, bueno, ya se sabe, nunca llueve a gusto de todos. Lo que pasa es que no estamos acostumbrados a un mes de continuos chaparrones. En la pesca basta con tener un poco de paciencia, ya se estabilizarán los ríos y aprovecharemos los beneficios de la lluvia.

Entre tanto algunos hemos perdido nuestros mejores cotos, y si hemos querido pescar una trucha ha sido a base de cabezonería o ir a los tramos de río regulados, que son los que están en mejor estado, aunque no te guste pescar en ellos.

Esta semana ya se ha pescado con cierta comodidad en ríos como el Torío, Valcarce y otros no regulados, algo altos y un poco turbios pero las truchas se animaban a comer incluso en superficie. De todas formas lo mejor ha sido la pesca en aguas medias y profundas, bien sea a cebo natural o con ninfas de imitación a media agua. Los ríos regulados están bien para la pesca, si acaso el Porma un poco peor después de la desembocadura del Curueño, pero en general pescables. Por el Bierzo como por León, así,así, variando de unos ríos a otros en función de los chaparrones.

Esto es lo que hay, en cuanto a cebos, cada maestrillo tiene su librillo, para que vamos a recomendar nada. Aunque no me resisto a hacer algunas impresiones globales. Decía un pescador veterano de la ribera del Curueño, hace ya unos cuantos años, un pescador de aquellos que pescaban con boina calada, faria en boca, un varal de 6 o más metros, sin carrete, y con ocho mosquitos a la vez (ahora les llaman moscas ahogadas), decía aquel pescador que los colores en los mosquitos es como la moda de las mujeres, en invierno oscuros, en la primavera intermedios y en verano coloreados y brillantes. Y si en la primavera hace frío , llueve o los días están oscuros “la cuerda” tiene que parecerse más a la de invierno que a la de verano, en fin, sabiduría popular llena de razón.

Los mosqueros pasan el rato principalmente con la pesca a ninfa y emergentes, alguno se anima con tricópteros y efémeras, con menor resultado. Los leonesistas (calificativo para definir la pesca tradicional a la leonesa, lance ligero), tienen varias opciones, el cebo natural es lo que mejor está funcionando, también la ninfa, recuerdo que quien pesque a ninfa por el sistema tradicional no puede plomear la línea, sólo la ninfa. En los montajes de mosca ahogada se está imponiendo poner un rastro con el codal largo y al final una ninfa bien plomeada, parece que da resultados.

La truchas no son abundantes en los ríos, eso lo sabemos todos, algunas comunidades como Navarra, incluso han cerrado a la pesca dos tercios de sus ríos trucheros para su recuperación. Digo esto en el sentido de que también es bonito poder pescar una trucha dos o tres veces, si se trata de divertirse es lo mejor soltarlas otra vez. Cada uno que haga lo que quiera, pero “mola”, como dicen los jóvenes, ver como se alejan despacio cuando las sueltas.